miércoles, 1 de junio de 2011

XXX RAZON PARA NO VOTAR POR OLLANTA

SERGIO TAPIA TAPIA

Desde: http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LROpinion02&td=31&tm=05&ta=2011

El debate de Ollanta con Keiko, el domingo pasado, ha sido una reiterada muestra de la táctica del camuflaje de las verdaderas intenciones políticas que Humala tiene, y por las que aspira ser presidente del Perú.
         
Ollanta cumplió con expresar los nuevos planteamientos camaleónicos que los estrategas del Foro de Sao Paulo le han aconsejado, aunque ello signifique la negación –aparente– de su originario Plan de Gobierno, con el cual ganó su pase a la segunda vuelta electoral. Con esta técnica de mimetización ha logrado un parecido programático con su oponente. Al extremo que, en la ingenuidad de alguno, pareciera que esta elección de segunda vuelta es una preferencia entre varón y mujer, sin contenidos ni distinciones de verdaderas intenciones políticas.
           
Tenemos, pues, delante del electorado nacional a Ollanta Humala, quien se ofrece para ser elegido presidente de la República, y que ya cuenta con una nutrida composición numérica en el Congreso de la República, formada por propios y extraños, extraños como lo son los congresistas que vienen de prestado por Alejandro Toledo y de otras pequeñas bandadas que se inclinan al socialismo pero que estaban encubiertas en otras organizaciones políticas.
            
Ollanta es por segunda vez candidato presidencial. Ollanta que se ha caracterizado por su compulsiva personalidad, por su agresividad y por su violencia, cuyos planteamientos son e intentan reflejar el vetusto modelo estatista del socialismo velasquista, que tanto atraso generó al Perú de los años setenta.
            
Ollanta encarna la representación de todos los pequeñísimos partidos comunistas que hay en el Perú, a los que se agregan los socialistas que no militan en partidos, así como los gay, las ONG abortistas y las otras que dicen defender los derechos humanos. No sé si corresponde decir “en el mismo saco”, porque creo que pertenecen más a la categoría de “tontos útiles”, para los que cultivan algún resentimiento contra el recuerdo del gobierno de Alberto Fujimori (1990-2001), que son sentimientos negativos pero no destinados personalmente contra Keiko, y que sin embargo al producirse una sustitución de los roles personales del papá y de la hija, confusamente se concluye que la hija será como el padre, aunque solo en lo malo y lo censurable.
         
Es que, la política debiendo ser una actividad humana coronada por la inteligencia y ejercida con la virtud de la prudencia, es a menudo conducida por el irracional apasionamiento. Que no da lugar ni al discurso razonable, ni al diálogo iluminador.
            
Ollanta vuelve a ofrecerse como opción electoral, luego de cinco años de que lo hiciera por primera vez. Logró colocarse en segunda vuelta con un Plan de Gobierno estatizador, totalitario, materialista, socializante. Pero, para poder obtener algunos votos más, por lo que siempre vagan por ahí algunos incautos, los asesores extranjeros de Ollanta han realizado una gran reingeniería publicitaria. El Ollanta de las primeras elecciones del pasado abril, aparenta no ser ideológicamente el mismo Ollanta de la segunda vuelta electoral del próximo junio. ¿Qué pasó en dos meses? ¿Se arrepintió del daño que le iba a inferir a los peruanos y cambió de postura? No, tan sólo ha perpetrado un giro publicitario. Ollanta no se ha enmendado, y que quede claro, porque el derecho a corregirse y a rectificarse no se lo negamos a nadie.
            
Pero, en Ollanta no hay verdadero cambio ideológico. Ollanta es programáticamente el mismo, su oferta de la “Gran Transformación” revolucionaria y marxista queda en pie. Sus posturas de hoy incoloras, inodoras e insípidas, son un recurso psico-político, de la más refinada tradición comunista: El engaño, lo decía Lenin, si es lo que conviene al triunfo de la Revolución, es moralmente lícito.
            
Por eso, este 5 de junio es para no votar por Ollanta.
            
Director Jurídico de UnoAmérica

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