lunes, 30 de mayo de 2011

XXIX RAZON PARA NO VOTAR POR OLLANTA

SERGIO TAPIA TAPIA

Desde: http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LROpinion04&td=30&tm=05&ta=2011

La religión católica predica y cree, cree y predica, que hay vida eterna después de esta existencia terrenal y que esa vida eterna se gana o se pierde aquí en esta vida, temporal, en este mundo.
         
Depende de cómo se vive aquí, en la tierra, como se gana la vida eterna. Es la religión que no es de este mundo, porque no proviene de dioses de la tierra, pero sí es la religión para este mundo. Es el mensaje de los diez mandamientos perfeccionados con el evangelio de Jesús.
            
La salvación de las almas depende de las condiciones sociales, políticas y económicas. Es por eso que la Iglesia Católica tiene una doctrina social, en la que se señalan los principios morales de la conducta humana en sus relaciones políticas, sociales y económicas.
            
En virtud de esa enseñanza moral se establecen principios arquitectónicos para la vida política, social y económica de los pueblos. Porque, aquí se gana o se pierde la salvación eterna.
La Iglesia ha sido reiterada la enseñanza social de la iglesia con relación al comunismo, al socialismo marxista. Desde la segunda mitad del siglo XIX que se inicia la difusión de la ideología marxista, la iglesia solemnemente, a través de la enseñanza de los pontífices, ha condenado el comunismo, calificándolo de "intrínsecamente perverso", es decir, que nada bueno hay ni puede brotar de él.
            
La iglesia ha sufrido y sigue sufriendo las más despiadadas persecuciones por parte de los gobiernos de inspiración marxista. No olvidar que el recodado pontífice Juan Pablo fue víctima de un atentado planificado por las agencias comunistas de los países del Este europeo. En Latinoamérica tenemos dos casos actuales, de frontal enfrentamiento entre la iglesia y los poderes políticos al servicio del marxismo, en Cuba y Venezuela, con Fidel Castro y Hugo Chávez.
            
Las posiciones doctrinales católicas y las ideológicas del comunismo son irreconciliables. Así lo ha enseñado el Magisterio Papal en más de una centena de años hasta nuestros días.
            
El marxismo es la ideología motivadora de las más viles violaciones a los derechos humanos; la Iglesia Católica, por su parte, es madre y maestra de humanidad y, por lo tanto, rectora de los valederos principios sobre los derechos humanos.
            
El problema de la alianza electoral Gana Perú es que está fuertemente influenciada por la teoría y la praxis del marxismo. Primero, por su composición partidaria, pues los cuatro partidos que forman la alianza son declaradamente marxistas, hasta uno de ellos se denomina abiertamente Partido Comunista del Perú (Patria Roja). Segundo, porque su principal inspirador, Ollanta, se honra en ser hijo de una pareja matrimonial de comunistas (ver en su libro "De Locumba a candidato a la presidencia del Perú", pág. 2), se siente legítimo heredero ideológico de ambos: por lo tanto, Ollanta, personal y públicamente, abraza la fe ideológica del comunismo.
            
Empero, no solo por los aspectos doctrinales es que surge la irreductible confrontación entre la concepción católica de la vida humana políticamente organizada y el contenido marxista del Partido Nacionalista de Ollanta. También chocan, y fuertemente, en los aspectos morales más elementales, pues las ofertas de Ollanta en materia de sexualidad, matrimonio homosexual y control de la natalidad son apoyadas por los lobbies gay y las ONG proaborto. Lo que hiere profundamente la recta percepción de la sexualidad y la verdadera defensa de la vida desde la concepción, que es la gran batalla de la iglesia en el mundo de hoy.
            
No votar por Ollanta es ser coherente con la doctrina social de la iglesia. Lo prudente es no votar por él, debido a la negación que Ollanta hace de los más caros valores y principios morales del cristianismo.
            
Director Jurídico de UnoAmérica

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